La primera civilización que utilizó una instalación parecida a nuestra actual ducha fue la griega. Esta cultura desarrolló estructuras que bombeaban agua hacia dentro y fuera de salas grandes para baños comunales. Tales construcciones se descubrieron en excavaciones de la actual Turquia.
Los romanos también continuaron con esta costumbre, aunque tras la caída de su imperio y el surgimiento del Cristianismo, la higiene se convirtió en un tabú religioso: la Iglesia consideraba que bañara era un lujo innecesario y pecaminoso, así esta práctica fue abandonada casi por completo desde la Edad Media (siglos XI a XIII a.C.) hasta la época victoriana (siglo XVIII).
Afortunadamente, los avances en la ciencia durante el siglo XIX rescataron las bondades del baño frecuente y su valor en la higiene personal. Diversos estudios demuestran que la piel posee un pH ligeramente ácido, lo cual impide que bacterias, virus y otros gérmenes puedan dañarla.
Los Especialistas recomiendan ducharse sólo una vez al día debido a los daños dermatológicos que pueden provocar los productos para el aseo, pues algunos alteran las propiedades normales de la piel.
Como expresión del ímpetu creador y fuerza espiritual de un individuo, en la época del Renacimiento (siglo XV y XVI) el arte es elevado a la categoría de ciencia y el artista a la de humanista.
Durante el Renacimiento el arte se aparta de la fe y la religión frente a la razón, debido a las nuevas ideas de la sociedad del momento, generadas por los descubrimientos científicos y geográficos de Copérnico (formuló la teoría heliocéntrica del Sistema Solar), Galileo (mejoró el telescopio), entre otros.
En ese tiempo fue muy importante la creación de la imprenta por tipos móviles, invento de Gutenberg (hacia 1440), con ella se logró difundir rápidamente la información y los nuevos conocimientos. Respecto al arte, se caracterizó por la demanda de “obras por encargo”, de parte de grupos que reemplazaron progresivamente a la Iglesia como encomendada de las grandes producciones artísticas. En consecuencia los artistas del Renacimiento abandonaron su antigua posición de artesanos para transformarse en “intelectuales libres”, verdaderos genios, con gran reconocimiento social y económico, Miguel Ángel (1474-1564) es un ejemplo de ello.
A medida que se consolida su posición, los genios del arte renacentista se liberan del encargo de sus protectores y comienzan a producir obras concebidas bajo su propia inspiración.
La palabra mazapán tiene raíces latinas, griegas y árabes; maza, por el utensilio que se usaba y por el resultado obtenido. En México se prepara comúnmente con cacahuate.
Por ser un alimento tan característico de la Navidad, el mazapán siempre ha sido motivo de discusión sobre su paternidad. Su invención es reclamada por franceses, italianos, árabes, griegos y españoles, todos quieren ser los creadores de dicho manjar, pero las constancias históricas indican que el primer lugar donde se habla de él es en la famosa obra de relatos tradicionales del Oriente Medio Las mil y una noches, donde se considera sustento básico para el ayuno durante el ramadán (mes sagrado) y los deberes de alcoba.
Tiempo después, se cuenta que en el convento de San Clemente (en Toledo, España), en un periodo de inusitada hambruna, las monjas no tenías otra cosa, sólo almendras y azúcar, fue así que elaboraron un primitivo mazapán, con lo que se evitó el desfallecimiento de todo el pueblo. Desde entonces las más populares fábricas de este manjar están ubicadas en la provincia de Toledo, en localidades como Ajofrín, Gálvez, La Mata, entre otras.
El mazapán se obtiene al amasar una mezcla de las almendras crudas con azúcar hasta conseguir una masa fina; el industrializado se elabora de formas sofisticadas, aunque la almendra que se emplea debe representar siempre 50% del peso total del dulce.
Lo importante no es el destino, sino lo que nosotros hacemos de él.
Luce una sonrisa y tendrás amigos; frunce el ceño y tendrás arrugas.
Este científico mexicano, especializado en química atmosférica, utilizó otros medios para detener el cambio climático. Por ejemplo, desde 1974 divulgó sus descubrimientos y asesoró a empresas e instituciones públicas y privadas. Asimismo, se unió el grupo de físico y química molecular del Jet Propulsion Laboratory, el cual construye y opera naves espaciales no tripuladas para la Agencia Norteamericana del Espacio y la Aeronáutica (NASA).
La trascendencia de sus estudios sirvió para promover la firma del Protocolo de Montreal en 1994, que prohibió la fabricación de los compuestos clorofluorocarbonados ( CFC’c), y también lo hicieron granador del Premio Nobel de Química en 1995, con el cual Molina se convirtió en el primer ciudadano mexicano en recibir dicho estímulo en esta área.
En el 2008 Molina fue electo asesor del equipo de transición del presidente estadounidense Barack Obama, para asuntos ambientales. Actualmente es un miembro notable de la Academia Pontificia de las Ciencias.
El momento que da más miedo es siempre justo antes de empezar.
La higiene es el conjunto de conocimientos y técnicas empleadas para el control de todos aquellos factores que ejercen efectos nocivos sobre la salud. El término se deriva del Higía, la diosa de la curación en la mitología griega.
Actualmente se puede distinguir entre la higiene personal (cuya aplicación es responsabilidad del propio individuo) y la higiene pública (que debe ser garantizada por el Estado).
La higiene y sus procedimientos relacionados cobraron importancia para los gobiernos a partir de la Revolución Industrial (siglo XVII), momento en que fue preciso sanear y desinfectar las fábricas debido a la abundancia de ratas, las cuales provocaban, a través de sus excrementos, graves enfermedades parasitarias, tales como teniasis o triquinosis.
Desde entonces, la higiene se ha convertido en parte vital, tanto del aseo personal, los lugares públicos y las viviendas, como de los centros sanitarios, donde seguir ciertas normas es fundamental para prevenir contratiempos en los enfermos hospitalizados. El objetivo básico de la higiene es mejor de salud, conservarla y prevenir enfermedades e infecciones.
Gracias a los experimentos de Luis Pasteur (1822-1895) que probaron la teoría germinal de las enfermedades infecciosas higiénicas cobraron suma importancia en las intervenciones médicas y en la vida diaria de la población como sinónimo de salud.
Dicha teoría propone que los microorganismos son la cause de una amplia gama de enfermedades, al invadir a los humanos y a los animales.
Tales gérmenes son llamados agentes patógenos, pueden ser de varios tipos; virus, bacterias, hongos o parásitos.
Con el paso del tiempo, el término higiene ha integrado a los métodos que los individuos emplean para estar limpios, por ejemplo, el uso de jabón, champú y agua; aunque también hace referencia a situaciones interpersonales como: hábitos de limpieza en lugares públicos, prevención de enfermedades contagiosas en el área médica y revisión de factores ambientales en el lugar de trabajo que provocan enfermedades, malestares, incomodidad e ineficacia laboral.
De acuerdo con la Conferencia de la Organización de las Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura (FAO) existen cuatro grupos alimenticios principales. Todos ellos son grupos importantes y no pueden, ni deben, ser reemplazados entre ellos.
En la base de la pirámide se encuentran los granos como el maíz y el arroz; proveen carbohidratos y otros elementos vitales, así como la materia prima para las tortillas, las pastas o el pan.
Las frutas y los vegetales están en el siguiente nivel, que son alimentos ricos en fibra, contiene vitaminas y minerales; se recomienda ingerir de tres a cinco porciones de vegetales cada día y dos a cuatro porciones de frutas.
En el tercer nivel se encuentran dos grupos, la leche y sus derivados (como el yogur y los quesos), también las carnes (como la de pollo y el pescado) y frijoles, lentejas, huevos y nueces, alimentos que son fuente de proteínas y minerales esenciales como el calcio y el hierro. Lo ideal es ingerir de dos o tres porciones de estos alimentos al día.
Las grasa, los aceites, los postres y los dulces están en el último nivel; la FAO sugiere que de este grupo no se consuma tanto, ya que no proporcionan muchos nutrientes, además pueden perjudicar la salud.
El futuro no está escrito porque sólo el pueblo puede escribirlo.