Ni una alimentación deficiente, ni la falta de ejercicio han provocado tus kilos de más.
Lo que te hizo engordar fue el miedo, el sentimiento de abandono, la falta de amor, la desvalorización, la desprotección, todo esto lo expresaste en impulsos inconscientes, y ellos se manifestaron como hábitos alimenticios deficientes.
Ten en cuenta que la finalidad de las experiencias dolorosas no es perdurar, sino enseñarnos su lección y luego disolverse… Sin embargo como tu sistema de drenaje emocional está averiado, has tratado, inconscientemente, de deshacerte de esos pensamientos y sentimientos por medio de la digestión, diciendo:
SI NO PUEDO PROCESAR MI TRISTEZA, QUIZÁ ME LA PUEDA COMER, SI NO PUEDO PROCESAR MI IRA, QUIZÁ SEA CAPAZ DE ENGULLIRLA….
Ese exceso de peso desaparecerá cuando esa niña interior que aún vive en
el cuerpo del adulto, creciendo a través de la grasa, para ser reconocido y
protegido por el adulto y se dé cuenta que el miedo pertenece al pasado y que
ahora está a SALVO…
Esa niña interior dejará de crecer en forma de grasa corporal…
Quiero que sepas que la grasa es una expresión física de tu necesidad de
poner distancia con los demás, esta grasa ha sido un muro para protegerte, una
barrera, que tú misma has creado.
Te propongo que derribes los ladrillos de ese muro de grasa, para así darle paz
y libertad emocional a tu niña interior…
Esos ladrillos hoy, ya no te sirven, esos ladrillos que tienen nombre y se
llaman: Vergüenza, Rabia, Miedo, Rencor, Injusticia, Protección, Separación,
Agotamiento, Estrés, Complejo de inferioridad.
La grasa que te quitas de encima había penetrado en tu consciente antes de acumularse en tu cuerpo, y cuando el peso desaparezca de tu mente, abandonará también tu cuerpo.
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