Los médicos o nutriólogos señalan que una dieta se considera equilibrada si aporta los nutrientes y energía en cantidades tales que permiten mantener las funciones del organismo de una persona en un contexto de bienestar físico y mental, además debe adaptarse al género, edad y estado de salud.
En nuestros días, llenos de sobresaltos, contratiempos, vida sedentaria y situaciones que desgasan, es muy difícil comer diariamente la cantidad ideal de nutrientes.
Para mantener la buena salud hay que tener presente las visitas regulares al médico y hacer ejercicio regularmente (de 30 a 60 minutos diario) para facilitarle al organismo la asimilación óptima de la energía de los alimentos y eliminar toxinas.
La alimentación moderna, sobre todo la urbana, es a menudo desequilibrada y por ello hay razonas para usar complementos alimenticios, siempre y cuando se consuman bajo la supervisión médica.
Un complemento actúa para la prevención y corrección de deficiencias de algún nutrimento, además provee los niveles óptimos que el organismo necesite.
Desde hace mucho tiempo se conocía la relación entre la comida y la salud, Hipócrates afirmaba que “nuestra alimentación es nuestra medicina”, también se sabe que está asociada a enfermedades como la diabetes, la osteoporosis, la obesidad y muchas otras; recientes investigaciones revelan la existencia de una relación entre la mala nutrición y el surgimiento de ciertos tipos de cáncer.
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