La palabra mazapán tiene raíces latinas, griegas y árabes; maza, por el utensilio que se usaba y por el resultado obtenido. En México se prepara comúnmente con cacahuate.
Por ser un alimento tan característico de la Navidad, el mazapán siempre ha sido motivo de discusión sobre su paternidad. Su invención es reclamada por franceses, italianos, árabes, griegos y españoles, todos quieren ser los creadores de dicho manjar, pero las constancias históricas indican que el primer lugar donde se habla de él es en la famosa obra de relatos tradicionales del Oriente Medio Las mil y una noches, donde se considera sustento básico para el ayuno durante el ramadán (mes sagrado) y los deberes de alcoba.
Tiempo después, se cuenta que en el convento de San Clemente (en Toledo, España), en un periodo de inusitada hambruna, las monjas no tenías otra cosa, sólo almendras y azúcar, fue así que elaboraron un primitivo mazapán, con lo que se evitó el desfallecimiento de todo el pueblo. Desde entonces las más populares fábricas de este manjar están ubicadas en la provincia de Toledo, en localidades como Ajofrín, Gálvez, La Mata, entre otras.
El mazapán se obtiene al amasar una mezcla de las almendras crudas con azúcar hasta conseguir una masa fina; el industrializado se elabora de formas sofisticadas, aunque la almendra que se emplea debe representar siempre 50% del peso total del dulce.
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