Tercera triada o jerarquía Angélica:
Principados, Arcángeles y ángeles. Son los que intervienen en todas nuestras necesidades, cada uno con su propia misión dada por el mismo Dios.
Principados: Se les representa con el color verde claro. Son los que presiden a los buenos espíritus. Tienen la capacidad de orientarse plenamente hacia el Principio y como príncipes guían a otros hacia Él. Se visten como guerreros o diáconos y sostienen una flor de lis. Se recomienda invocarlos al aire libre y con abundante vegetación. Tienen como principal misión cuidar a la humanidad.
Arcángeles: Los mensajeros de cosas más elevadas. Son los oficiales del Cielo, los príncipes del ejército de Dios. Quien tiene la autoridad suprema es Miguel, aunque sus lugartenientes, Gabriel, Rafael y Uriel, son los encargados de organizar el Apocalipsis, la batalla cósmica final entre las fuerzas del mal y el bien. Son también los que lucharon contra los demonios y tienen la característica de ser reconocidos individualmente y de ser llamados “santos”.
Ángeles: Los mensajeros de algunas cosas menos importantes, Jesús los denomina legiones y están divididos a su ven en dos grupos: los constructores y los custodios. Los Constructores controlan todo lo referente al espíritu, el éter y los cuatro elementos básicos de la vida. Los custodios se encargan del ser humano y la naturaleza. Los ángeles son quienes están más cerca de los hombres, los que se nos manifiestan, los que están cerca del mundo. Se representan también como simples soldados, vistiendo ligeras túnicas y pueden llevar velas o palmas de triunfo.
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