El origen de las mascotas se remota al neolítico o revolución agrícola, es decir, a los inicios de la agricultura y la domesticación de animales, cuando el hombre primitivo dejó de ser nómada y se convirtió en un ser sedentario.
En tal sentido, se denomina domesticación de animales al proceso por el cual una determinada especie pierde, adquiere o desarrolla ciertos caracteres (morfológicos, fisiológicos o de comportamiento heredables) y que además, beneficia de alguna forma la interacción con el ser humano.
Al respecto, los expertos señalen que los primero animales domados fueron posiblemente el perro y las ovejas, hace aproximadamente 15 mil años.
El neolítico tuvo su desarrollo en el Oriente Próximo (Egipto, Líbano, Israel, Turquía, Jordania, Siria, Iraq y Arabia) desde donde se extendió el resto del mundo. En el caso de América, los especialistas señalan que dicha época se desarrolló paralelamente y de forma independiente del resto de las regiones mencionadas.
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