La civilización maya fue una de las culturas que alcanzaron su esplendor en el periodo conocido como Clásico mesoamericano (año 200 al 800 d.C.), su organización territorial estaba conformada por muchas ciudades -estado, las cuales se les denominaba “señoríos” (poblaciones de menor importancia que los grandes centros ceremoniales, por lo tanto, dependientes de ellos), entro los que destacan: Edzná, Labná, Sayil y cobá, estos territorios estaban divididos en grupos sociales jerárquicamente organizados. Al respecto, los estudiosos señalan que en tales provincias la gente del pueblo era la más numerosa y vivía en chozas hechas con troncos de árbol, palma y barro.
Asimismo, se sabe que se dedicaban predominantemente a actividades como la alfarería y los textiles, además de hilar algodón, se aprovechaba la fibra del henequén (hoja de agave mexicano) para hacer sacos y suelas de sandalias, también se utilizaban las resinas del copal, el caucho, el chicle, las propiedades colorantes del añil y del palo de Campeche para diferentes fines.
Los sacerdotes eran los encargados de dirigir el trabajo agrícola de las principales localidades, pues eran los poseedores de los conocimientos calendáricos, los cuales señalaban -con extraordinaria precisión- las fechas apropiadas para tal actividad.
Los expertos señalan como un hecho indudable que los mayas poseían conocimientos matemáticos que les permitieron construir un calendario extraordinariamente preciso por medio del cual determinaban diversas actividades. Dicho instrumento, les fue de utilidad para anticiparse a fenómenos celestes -tales como eclipses- que seguramente influían en su sistema de creencias y perspectivas religiosas.
Actualmente existen sospechas de que esta cultura anticipó la llegada de los conquistadores españoles (1527-1687), tal suceso fue señalado con sus predicciones como el comienzo de una “era de oscuridad” que duraría aproximadamente 500 años. Al respecto, existe evidencia que sugiere que, en épocas previas a la llegada de los europeos, grupos de sacerdotes mayas -depositarios de las enseñanzas más profundas de su civilización- se trasladaron junto con pequeñas comodidades a sitios apartados, en lo profundo de la selva y/o en lo alto de las montañas.
También se sabe que los conocimientos de la cultura maya no solamente comprendían la astronomía, las matemáticas o la agricultura, sino que su sabiduría también abarcaba la medicina, los conocimientos en materia forestal y la tecnología de manejo energético, ésta última se refiere al conocimiento y manejo de las energías cósmicas y telúricas, así como de la energía personal.
El sistema de escritura matemático maya es el más desarrollado de la América Precolombina, se basa en numerales de puntos (con valor de 1) y barras (con valor de 5), así como una concha estilizada que representa el clero; además de los número, la escritura comprende varios jeroglíficos, que son palabras que se representan con figuras o con símbolos esquematizados que también tienen variantes (al igual que los números del 1 al 20, representados por cabezas humanas y animales).
Esta gran cultura prehispánica escribió y esculpió quizás miles de códices, pera la mayoría fueron destruidos durante la época colonial, además grababan en sus vestidos, escultura, huesos, y casi en cualquier material en el que se pudiera escribir sus jeroglíficos en los que dejaron grabados mitos, conocimientos científicos y la historia de la alcurnia de sus gobernantes.
Asimismo, poseían diversos rituales complejos, como: oraciones, ayunos y sacrificios humanos; concebían al ser humano como dependiente de los dioses que dominaban el mundo. El creador del mundo era Hunab-Ku y se creía que su hijo Itzamná, señor de los cielos, de la noche y del día, había otorgado a los mayas lo códices, la escritura y quizás el calendario.
La élite sacerdotal disfrutaba de un inmenso poder, comparable sólo al de los jefes guerreros. Cada Ciudad-Estado contaba con majestuosos templos piramidales donde se realizaban espectaculares fiestas y complejos rituales en honor de los dioses; para los mayas existían los dioses “benévolos” que producían en abundancia cosas positivas, como la lluvia, el maíz y, en general, todo tipo de bienes; también coexistían los dioses “malévolos” que generaban muerte y destrucción al producir los huracanas, las sequías, etc.
Las jerarquías sacerdotales de una Ciudad-Estado eran:
• Al Ahuacán: era el máximo sacerdote con suprema autoridad en lo que se refiere a sus tres calendarios, ritos, sacrificios, augurios, educación religiosa y escritura. En estas tareas también ayudaban lo chilamob, sacerdotes auxiliares.
• El Nacom: era el sacerdote encargado de realizar los sacrificios humanos con la ayuda de los chacob o asistentes. Las ofrendas más frecuentes fueron extracción de corazón, el despeñamiento por las pirámides y la decapitación.
De la misma forma que los egipcios usaron a Sirius (la estrella más brillante del cielo nocturno vista desde la Tierra) como referencia para la construcción de sus guías astronómicas, los mayas ajustaron su calendario con el movimiento del planeta Venus, conocido por esta cultura como Kukulcán, el Dios más importante después del Sol e inclusive más destacado que la Luna; al respecto, los antropólogos señalan que fueron capaces de determinar los movimiento de Venus en el cielo con extraordinaria exactitud, hecho que no es una operación simple ni siquiera en la actualidad.
Otras deidades de sus manifestaciones religiosas fueron:
• Buluc Chabtan: dios de la guerra y los sacrificios humanos.
• Chac: dios de la lluvia.
• Itzamná (Itzam-Na): es el dios del cielo que protegía las ciencias y la escritura.
• Ixchel: diosa de la luna, protegía los embarazos y nacimiento.
• Knich-Ahua: dios del Sol y dios de la vida.
• Yum Kaax: el dios del maíz y la agricultura.
• Yumi Cimil: dios de la muerte.
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