La zona arqueológica se sitúa a 100 kilómetros, aproximadamente, de la ciudad de Morelia, Michoacán. Aunque su grandeza se remonta a los años comprendidos entre 1200 a 1521 d.C., cuando los purépechas dominaron una amplia porción de estas regiones del país. Del documento La relación de Michoacán (1521) se puede concluir que el sitio que ahora conocemos como Tzintzuntzan, se llamó Tariaran o “casa del viento”. Y significa “lugar del colibrí mensajero”.
El tipo de su arquitectura es muy especial, debido, principalmente, a la presencia de las estrictitas llamadas yácatas, que son construcciones con una planta mixta, es decir, con formas rectangulares y también circulares, sobre una gran plataforma, la más grande de la zona arqueológica mide cerca de 450×250 metros.
Los purépechas controlaban y concentraban la producción de regiones muy distantes, como la vertiente del Balsas, de donde procedía el cobre; las costas de Michoacán y Colima, de las que obtenían la sal y ciertos tipos de conchas; la zona norte del actual Michoacán, concretamente Zinapécuaro, Ucareo y Zináparo, de estas poblaciones provenían los artefactos de obsidiana.
Tzintzuntzan fue el corazón cultural, foco religioso y social del imperio tarasco, y sus restos arquitectónicos actualmente constituyen un principal vestigio arqueológico de México.
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