Ángeles y Arcángles
Ángeles y Arcángles
Querubines, serafines y tronos. Estos ángeles se dedican exclusivamente a glorificar, amar y alabar a Dios en su presencia.
Querubines: Se representan con el color rojo. Son sabios maestros celestiales, criaturas aladas celestiales , no tienen el aspecto humano de los ángeles, su misión no es pelear sino guardar el árbol de la Ciencia del Bien y del Mal en el Jardín del Edén y servir de ilustración a la tapa del Acta de la Alianza.
Serafines: Se representan con el color azul, podrían ser la fuente de luz y calor para Dios. Su misión parece ser muy poética, buenos cantantes, especialmente en loas a Dios, se les atribuye una gran movilidad en trono al trono divino generando calor y movimiento a su alrededor, aportando luz que nunca se apaga y que sirve para ahuyentar la oscuridad.
Tronos: Se les representan con color rojo. Los tronos controlan el orden universal, analizan los resultados permiten que todo ocurra en el momento y lugar preciso. Controlan el tiempo y el espacio para conseguir que cada cosa ocurra en el momento adecuado, se ven como ruedas que conducen el carro de Dios. Al igual que los serafines y los querubines, su misión principal es contemplar a Dios y adorarlo.
Nueve coros de Ángeles u órdenes Angélicas:
Serafines: Aportan luz que nunca se apaga, ahuyentan la obscuridad. (Ángeles de amor, luz y fuego),
Querubines: Sabios maestros celestiales, enseñan a quien no sabe.
Tronos: Permiten que todo ocurra en el momento y lugar preciso.
Dominaciones: Mandan tan solo lo que se ha de hacer.
Virtudes: Los que obran milagros.
Potestades: Los que reprimen a los poderes adversos.
Principados: Los que presiden a los buenos espíritus.
Arcángeles: Los mensajeros de cosas más elevadas.
Ángeles: Los mensajero de algunas cosas menos importantes.
La Biblia se refiere a los Ángeles de diferentes maneras pero hoy los consideramos de tres formas: 1. Dios aparece con los Ángeles; 2. Los Ángeles son los mensajeros de Dios; 3. Todas las personas poseen su propio Ángel.
Esto se puede constatar muchas veces en la Biblia aunque en general se refiere “al Ángel del Señor”. Como ejemplo en el Génesis, capítulo 16, donde el Ángel del Señor se aparece a su siervo Abraham, aunque no sabemos si es el mismo que se menciona el en versículo 7, o si se trata realmente de Dios.
Depende de la traducción que leamos lo relacionamos con Dios o con un Ángel, pues la frase del versículo 10, “Yo multiplicaré a tus descendientes” parece obra de Dios.
Una explicación sensata es que en realidad Dios y los Ángeles son lo mismo, y que emplea esta forma más humana para materializarse delante de las personas, adoptando diferentes nombres para evitar confusiones. Este razonamiento no es apoyado completamente por la Biblia, pues alega que una cosa es que Dios aparezca como Ángel (Ángel de Dios o Ángel del Señor), y algo diferente que Dios sea un Ángel.
La teología del Antiguo Testamento incluyó las creencias de que un Ángel es un espíritu puro creado por Dios y el nombre se aplicó a ciertos seres espirituales o inteligencias que residen en el Cielo, y que son empleados por Él como los ministros de Su testamento. El Antiguo Testamento subraya sobre todo la especial participación de los ángeles en la celebración de la gloria que el Creador recibe como tributo de la alabanza por parte del mundo creado. Los Salmos se hacen intérpretes de esa voz cuando proclaman, por ejemplo: “Bendecid a Yahvé vosotros sus Ángeles, que sois poderosos y cumplís sus órdenes, prontos a la voz de su palabra” Salmo 102.
Innegablemente la creencia en los ángeles proviene de los hebreos, (pueblo antiguo que habitó y conquisto Palestina), ya que hace siglos se mencionaba a un Malakh, Bene Elohm o Hijo de Dios, que definía a un mensajero, humano o divino que venía para cerciorarse que estuviéramos cumpliendo las leyes. En ese entonces ya se mencionaban a Zacarías, Ezequiel y Daniel quienes tenían la facultad de volar y hablar cualquier idioma.
Ellos fueron quienes expulsaron a Adán y a Eva del Edén cuando comieron de la manzana prohibida y también quienes nos anunciaron la llegada del Mesías.
Lo que se cree es que los Ángeles serán los que nos van a anunciar el Juicio Final con el toque de las trompetas del Apocalipsis, la destrucción del Universo y llevar a los justos al cielo y a los indignos al infierno.
Esta faena tan enorme no podría ser realizada por un ejército reducido, según las Sagradas Escrituras la cantidad de Ángeles es enorme, pues nos dice de miríadas, o sea, inmensamente grandes (Heb 12,22) de millares y millares (Dan 7, 10; Ap 5, 11) y de legiones (cantidad indeterminada de soldados) (Mt 26, 53).
Probablemente su nacimiento ocurrió el segundo día de la creación, cuando Dios separó las aguas y creó los continentes, aunque algunos escritos aseguran que fue el quinto día, en el momento que los pájaros fueron creados, lo cual explicaría sus alas.
Según los textos del Zend Avesta (religión zoroastriana de la antigua Persia) hablan de unos seres alados con forma humana que ayudan a Dios, pero sólo hablan de 8. En realidad en la antigüedad, los asirios, los persas y los babilonios creían con firmeza en estos seres alados, inclusive los eones de los gnósticos (inteligencias divinas o entes divinos) se refieren a ellos como seres eternos, emanados de la unidad divina que colmaban el intervalo entre la divinidad y la materia, formando el mundo espiritual. Finalmente, los bhodisattvas del hinduismo creen que los ángeles tienen el encargo de iluminar, proteger y ayudar al ser humano en su evolución espiritual.
En el Génesis, el primer libro de la Biblia, describe el comienzo de la creación desde el instante en que <Dios creo los cielos y la tierra> dando vida de la nada a unos seres espirituales llamados ángeles para glorificarlo. <En seis días hizo Yahvé los cielos y la tierra, el mar y cuanto en ellos se contiene, y en Él fueron creadas todas las cosas del Cielo y de la tierra, las visibles e invisibles, los tronos, las dominaciones, los principados, las potestades>.
Hoy vamos a empezar a hablar de un tema fascinante,” los Ángeles”, desde hoy empezaré a publicar información acerca de los Ángeles y Arcángeles.
Ángel: Mensajero de Dios
¿Qué son los Ángeles?
Según fuentes canónicas, los ángeles fueron creados simultáneamente por Dios, los Ángeles son seres inmortales pero no eternos, ya que la eternidad es una condición exclusiva de Dios.
Al final del Universo, cuando se extingan todos los soles, las estrellas y galaxias, los ángeles también se extinguirán, pero mientras exista el Universo su existencia es permanente.
Básicamente, un ángel es un ser espiritual que existe en la mayoría de las religiones, y en todas se le atribuye la labor de ayudar al ser supremo en su misión universal y de estar en posesión de facultades increíbles, entre ellas comprender los misterios del Universo, volar o materializarse sólo delante de personas específicas.
Los Ángeles y los Arcángeles, están próximos a Dios y disponen de privilegios y poderes superiores a los seres humanos, aunque su categoría celestial es inferior a los profetas, son enviados por Dios para comunicar a la Humanidad sus mandatos. Ellos no pueden llegar a conocer o gozar de Dios como lo conseguirán aquellos humanos que cumplan con las leyes divinas. Las religiones reinciden en que son seres etéreos, espirituales, invisibles a los ojos de los hombres y el puente entre el humano y el Universo, lo divino.
Criaturas inmortales, espirituales, que superan en perfección a todo lo creado, se manifiestan en las vidas de los humanos para proteger, guiar e iluminar el camino de quienes se pierden.
Arcángel: Ángel Principal, El prefijo griego (arc-) significa ” “superior”, que gobierna, que dirige, que comanda, que lidera”.
Los mensajeros de cosas más elevadas, son los oficiales del Cielo, los príncipes del ejército de Dios, y quien tiene la autoridad suprema es Miguel, aunque sus lugartenientes Gabriel, Rafael y Uriel son los encargados de organizar el Apocalipsis, la batalle cósmica final entre las fuerzas del mal y del bien. Son también lo que lucharon contra los demonios y tienen la característica de ser reconocidos individualmente y de ser llamados <Santos>.