Sitios Arqueológicos

Sitios Arqueológicos Mexicanos


Este lugar se ubica en el estado de Chiapas, es un prototipo de una ciudad perdida en la selva lluviosa lacandona, forma parte importante de los mayas. Se encuentra elevada a más de diez metros sobre el nivel medio del río Usumacinta y fue la base de la poderosa dinastía jaguar, que gobernó cuando la población estaba en su apogeo, de 680 a 800 d.C. Yaxchilán es famosa por los dientes esculpidos y por las estelas que adornan sus 120 estructuras, pertenece al Periodo Clásico y se destacó principalmente por sus aportaciones agrícolas.
Una de las cosas que la distingue de otros sitios mayas, es que los edificios están numerados. Entre los más famosos se encuentran un antiguo sauna (edificio 17), la gran plaza, el Templo Rojo ( edificio 6) con sus delicados trabajos de estuco. El edificio 33, es quizás el monumento que muestra escenas de la vida de los gobernantes. Yazchilán es un complejo tardío, construido alrededor de dos patios en terraza a desnivel, y contiene muchas estructuras del reinado de uno de sus gobernantes. Todo ello con las instrucciones de arquitectos tan tenaces como minuciosos, que con sencillos instrumentos de medición, alcanzaron la precisión absoluta, ajustando leyes físicas a patrones cósmicos.

Zona arqueológica mexicana ubicada en el estado de Morelos, cerca de Cuernavaca. En lengua náhuatl significa 2el lugar de la casa de las flores” y se considera como un sitio de transición entre el Periodo Clásico y el Periodo Tolteca.
Fue una ciudad construida sobre un cerro del que se aprovecharon los accidentes naturales para hacer terrazas. Es decir, la metrópoli fue planeada y cimentada sobre una colina como fortaleza con altos miradores y accesos muy restringidos, perfeccionados a lo largo de su existencia. Por ello se piensa que Xochicalco mantuvo un férreo control no sólo de su propio espacio, sino también de toda la región bajo su dominio.
La distribución de la población siguió un orden jerárquico, en la cima, rodeada de barreras, se ubica la acrópolis, área habitacional de los dirigentes y sus familias, hacia abajo está la Plaza Principal, donde se localiza la Pirámide de las serpientes emplumadas y es seguramente el espacio donde se tomaban decisiones sobre los destinos políticos, económicos y religiosos de la ciudad; en una terraza más baja y al sur está la Plaza de la Estela de los Dos Glifos, donde se ubica la gran Pirámide.
Aún más abajo se encuentra uno de los tres juegos de pelota de la región.

Es un yacimiento arqueológico correspondiente a una ciudad maya amurallada de la Península de Yucatán. Su nombre significa “tres veces construida u ocupada”. Junto a Chichén Itzá, Uxmal es una de las zonas arqueológicas más importantes de esta cultura.
Las investigaciones realizadas hasta el presente junto con las fuentes califican su historia. Según dicho documento, los toltecas se establecieron en ese territorio, dejando una profunda huella. De estilo Puuc, sus edificios son rectangulares, con muros lisos, rica decoración en las corrisas, con serpientes bicéfalas, caracoles y abundantes mascarones del dios Chaac. Sus construcciones más destacadas son la casa del Enano, donde residió un mítico gobernador; el Cuadrángulo de las Monjas, formado por cuatro edificios sobre una plataforma, que en conjunto crean un complejo de recintos y patios; El Palacio del Gobernador que mide 98 m de frente por 12 de ancho y 8.6 de altura; y la pirámide de Advino, que alcanza una altura de 20 metros.
Hacia 1200 d.C.; se produjo la caída y abandono de Uxmal. Las causas aún no están del todo claras, sin embargo, se deduce que la ruptura estuvo, seguramente, ligada a razones económicas, sociales y políticas.

La zona arqueológica se sitúa a 100 kilómetros, aproximadamente, de la ciudad de Morelia, Michoacán. Aunque su grandeza se remonta a los años comprendidos entre 1200 a 1521 d.C., cuando los purépechas dominaron una amplia porción de estas regiones del país. Del documento La relación de Michoacán (1521) se puede concluir que el sitio que ahora conocemos como Tzintzuntzan, se llamó Tariaran o “casa del viento”. Y significa “lugar del colibrí mensajero”.
El tipo de su arquitectura es muy especial, debido, principalmente, a la presencia de las estrictitas llamadas yácatas, que son construcciones con una planta mixta, es decir, con formas rectangulares y también circulares, sobre una gran plataforma, la más grande de la zona arqueológica mide cerca de 450×250 metros.
Los purépechas controlaban y concentraban la producción de regiones muy distantes, como la vertiente del Balsas, de donde procedía el cobre; las costas de Michoacán y Colima, de las que obtenían la sal y ciertos tipos de conchas; la zona norte del actual Michoacán, concretamente Zinapécuaro, Ucareo y Zináparo, de estas poblaciones provenían los artefactos de obsidiana.
Tzintzuntzan fue el corazón cultural, foco religioso y social del imperio tarasco, y sus restos arquitectónicos actualmente constituyen un principal vestigio arqueológico de México.

Es una zona arqueológica de la cultura maya, ubicada en el actual estado de Quintana Roo, a orillas del Mar Caribe. Tulum significa muralla, y es un nombre dado recientemente porque está alrededor de las ruinas, y se cree que su nombre original era Zama, una palabra relacionada con Zamal (amanecer).
Entre sus edificaciones destacan: El Castillo, que cuenta con columnas serpentinas de estilo tolteca; El Templo V, que tiene un nicho con un dios descendente; y el Templo de los Frescos, con marcaciones de stuco y pinturas murales de una diosa y un sacerdote ofreciendo copal.
El Castillo, es el monumento más importante de la zona y el de mayor altura (10 metros), ubicado en extremo Este, contiguo a los acantilados. Es un basamento piramidal que se encuentra en magnífico estado de conservación. Una escalinata flaqueada por alfardas y rematada por cubos conduce al templo en la parte superior; la entrada del mismo dos columnas en forma de serpientes: arriba de ellas y empotrada en el friso, se puede apreciar la figura de dios descendente o símbolo del Sol Poniente. Algunos creen que es el equivalente al dios azteca Tzontémoc, el cual simboliza el Sol bajando al atardecer. A los lados del arranque de la escalinata hay dos pequeños adoratorios.


Tula (de náhuatl Tollan, “lugar de tules”) es una ciudad arqueológica ubicada en el estado de Hidalgo, México. Los primeros nativos (probablemente un grupo de chichimecas) llegaron en el siglo VIII. Después fue el arribo de los nonoalcas, un pueblo de lengua náhuatl que adoraba al dios Quetzlcoatl. La ciudad fue fundada por Ce Acatl Topitzin Quetzlcoatl, soberano que dio gran prosperidad a la región, misma que se vio truncada por el enfrentamiento entre seguidores del dios Quetzlcoatl y Tezcatlipoca, deidades tremendamente enfrentadas en la mitología azteca.
El templo más importante es de la Estrella Matutina dedicado a Ce Acatl Topitzin Quetzalcoatl Tlahuzcalpentecuhtli. Se trata de una gran estructura piramidal, con una escalinata central de acceso, coronada por un templo, cuya techumbre estaba sostenida por enormes figuras de guerreros toltecas (atlantes). Esta edificación se encuentra decorada con escenas macabras en las que águilas y jaguares llevan corazones humanos en sus bocas, así como procesiones de jaguares y coyotes que parecen representar órdenes militares. Este recinto ceremonial estuvo limitado al norte por una pared decorada con la figura de una gran serpiente y con tableros en los que aparecen víboras devorando esqueletos humanos.

Toniná significa en tzetzal “la casa de piedra” o “el lugar donde se levantan esculturas en piedra en honor del tiempo”. El sitio arqueológico se localiza a 115 kilómetros de Palenque, en el estado de Chiapas. Fue una potencia militar: se han encontrado representaciones de prisioneros, incluso, los marcadores centrales del juego de pelota son dos cautivos, el más notable es un gobernante de Palenque llamado Kan Hul.
El espacio sagrado es una enorme montaña artificial, construido sobre una pequeña cordillera natural de arcilla, la cual forrada con enormes plataformas de piedra sobre las que se construyeron templos y palacios formando un laberinto monumental de más de 70 metros de altura. Por todo el valle se distribuyeron las áreas de habitación y de cultivo.
Este lugar fue un importante enclave militar que jugó un papel determinante en el equilibrio político del área, tal vez representado por su más importante gobernante, el señor Tzotz Dhoj o “murciélago jaguar”. Toniná sobrevivió al derrumbamiento del viejo imperio maya y coexistió con los toltecas de Tula y Chichén Itzá. Después de este periodo se inicia un proceso de destrucción impresionante en el que la acrópolis es utilizada como necrópolis por nuevos pueblos que saquearon tumbas y ofrendas.

Esta zona arqueológica se ubica en la población de Santiago Tingambato a 35 kilómetros al Oeste de Pátzcuaro, en el estado de Michoacán. El nombre proviene de lengua purépecha y significa “Cerro del clima templado”. A la fecha ha sido explorada y visitada una parte mínima de este maravilloso sitio ya que éste corresponde al área religiosa y civil de la población. Sin embargo, las investigaciones realizadas han permitido conocer nuevos aspectos de su historia, pues se trata de un sitio anterior a los fundadores para el pueblo purépecha.
Tingambato es uno de los lugares representativos de la etapa anterior al apogeo de los purépechas y es notable la presencia de influencia teotihuacana. Por ejemplo, el parecido del juego de pelota en este espacio con los de los sitios arqueológicos de Tula y Xochicalco, refuerza la teoría de que este asentamiento surgió a la caída de Teotihuacán. Es decir, las evidencias indican que estos tres sitios florecen después de la decadencia de la gran urge (para los historiadores se trata de la fase Teotihuacán IV). Se cree que Tingambato fue abandonado definitivamente alrededor de 900d.C., ya que no presenta ningún elemento que lo relacione con los tarascos. Se concluye que su población desapareció a causa de un incendio.


A una distrncia de 61 Kms de Pátzcuaro, Michoacán, la región de Zacapu es tomada en cuenta como el primer asiento de la cultura purépecha o tarasca. Su historia se conoce a través de escasas fuentes hitóricas y que se refieren a la fundación de sus principales asentamientos: Trigambato, Carapan, Ihuatzio y otros, distribuidos en parte de los estados de Guanajuato, Querétaro, Colima, Jalisco, Guerrero y estado de México.
A pesar de que su nombre se traduce como “lugar pedregoso”, el sitio fue antiguamente una gran ciénega. Hoy en día, la laguna de Zcapu tiene una extensión de 32 hectareas y en ella se encuentran especies únicas en el mundo como el pez blando, así como el achoque; además, de aves migratorias en épocas específicas del año.
En esta región se encuentran también importantes evidencias de ocupación precolombina. En la laguna de Zacapu merece ser visitada una zona arquelógica en la que se encuentra un antiguo centro ceremonial, en donde el rey Caltzontzin y su pueblo ofrecían culto a sus dioses. Actualmente, la población purépecha se destaca por sus tejidos, lacados y su artesanía en madera.


Teotihuacán fue lea primera gran manifestación urbana del continente americano y desde el 200 a.C. hasta el 700 d.C. se convirtió en la ciudad más importante de Mesoamérica. Las mejoras técnicas en agricultura, basadas fundamentalmente en la canalización de las aguas, hicieron posible una gran concentración de población que serviría de sostén económico de la ciudad y recursos humanos para las grandes construcciones públicas.
De ciudad creada por los hombres se convierte en ciudad donde nacen los dioses. Así la concibieron e incorporaron a sus mitos los pueblos nahuas que, como los mexicas, veían en la antigua metrópoli el lugar donde había surgido el quinto sol por el sacrificio de los dioses. La mayor contribución de Teotihuacan fue establecer las características definitorias de la ciudad sagrada mesoamericana. Toda ella constituye una gran tribuna de difusión cultural y comercial. La amplia Avenida de los muertos (Miccaotli) con las grandes pirámides del Sol y de la Luna era eje grandioso, en torno al cual se levantaban construcciones palaciegas y templarias, mientras las áreas habitacionales se situaban en los barrios de las afueras (Atetelco, Tetitla, Tepantitla).
El arte teotihuacano expresa de forma grandiosa la concepción estatal mesoamericana que encontraría eco en lugares tan alejados como Monte Albán, El Tajín o Tikal.