Reflexiones

Reflexiones para este año.

La alabanza y la culpa, la ganancia y la pérdida, el placer y el dolor llegan y se van como el viento. Para ser feliz descansa como un árbol gigante en el medio de todos ellos.

Aquí yace un hombre que se supo rodear de mejores hombres que él.

El éxito no es hacer bien o muy bien las cosas y tener el reconocimiento de los demás. No es una opinión exterior, es un estado interior.

Es la armonía del alma y de sus emociones, que necesita de amor, la familia, la amistad, la autenticidad, la integridad.

La fortaleza y el equilibrio emocional están en la vida interior, y en evitar aquellos sentimientos que corroen el alma: la envidia, los celos, las soberbia, la lujuria, el egoísmo, la venganza, el rencor, la avaricia, la pobreza, que son veneno que se ingiere poco a poco.

Cuando den, o esperen recibir, “queda aroma en la mano que da rosas”. No permitan que sentimiento y opiniones negativas dominen su ánimo.

El daño emocional no viene de terceros, se fragua y se desarrolla dentro de nosotros.

Lo que más vale en la vida no cuesta y, lo que más cuesta, no vale, el amor, la amistad, la naturaleza y lo que sobre ella ha logrado el hombre de formas, colores, sonidos, olores, que percibimos con nuestros sentidos, pero sólo si los tenemos despiertos.

Vivan sin miedos y sin culpas; los miedos son los peores sentimientos del hombre, lo debilitan, inhiben su acción y lo deprimen. Las culpas son unos lastres enormes en nuestro pensar, en nuestro actuar en la vida.

Hacen difícil el presente y obstruyen el futuro. Para combatirlos seamos sensatos, aceptemos cómo somos, nuestras realidades, nuestros gozos y nuestras penas. La ocupación desplaza a la preocupación y los problemas, al enfrentarlos, desaparecen.

Así, los problemas deben hacernos más fuertes: de los fracasos aprender, y hacer de los éxitos estímulos callados.

 

Roger Patrón Lujan