Reflexiones
Reflexiones para este año.
“Ser hombre”
Ser hombre, hijo mío, es pisar en las brasas del miedo y seguir caminando.
Es cercar el valor de prudencia y el ardor de cautela sin torcer el propósito, sin mellar la decisión forjada en el tesón, la paciencia, la razón, la experiencia y la meditación.
Al temor no le pongas el disfraz del perdón; el valor, hijo mío es la virtud más alta y confesar la culpa, el supremo valor.
No eches pues en los hombros de tu hermano la carga, ni vistas a los otros las ropas de tu error.
Y por fin, hijo mío: que no turbe tu sueño la conciencia intranquila, que no mengüe tu dicha el despecho abrasivo ni tu audacia flaquee ante la adversidad, no deforme tu rostro jamás la hipocresía y no toque tu mano traición o deslealtad.
Hijo mío es esto lo que esa breve frase “Ser Hombre” significa.
La vida es muy peligrosa. No por las personas que hacen el mal, sino por las que se sientan a ver lo que pasa.
El amor nunca tiene razones, y la falta del amor tampoco. Todo son milagros.
No estimes el dinero en más ni en menos de lo que vale, porque es un buen siervo y un mal amo.
Las tres cosas más difíciles de esta vida son guardar un secreto, perdonar un agravio y aprovechar el tiempo.
La mayor rémora de la vida es la espera del mañana y la pérdida del día de hoy.
La mediocridad, posiblemente, consiste en estar delante de la grandeza y no darse cuenta.
Decir la verdad es como escribir bien, se aprende practicando.
Vale más hacer y arrepentirse, que no hacer y arrepentirse.
La virtud no es hereditaria.