Normita
Nadie puede hacernos sentir inferiores sin nuestro consentimiento.
Elemento: Tierra. Regente: Saturno. Número 1. Metales: Plomo y antimonio. Día de la semana: Sábado. Colores: Gris oscuro, negro y castaño. Perfumes: Vainilla y benjuí. Piedras preciosas: Turquesa y marcasita. Animales/Plantas: Gavilán, lobo, oso; hiedra musgo. Salud: Tendencia a la descalcificación, enfermedades de la piel, reumatismo. Famosos Capricornio: Juana de Arco, Marlene Dietrich, Edgar Allan Poe e Isaac Newton.
Símbolo: Su representación es una cabra-pez. Según la mitología griega, cuando Tifón atacó a los dioses en el Olimpo, éstos huyeron a Egipto. Pan se metió en el Nilo hasta medio cuerpo y quedó como pez por abajo y cabra por arriba. Para conservar este recuerdo, Zeus colocó al monstruo en el cielo. Palabras asociadas al símbolo: Soledad, trabajo, intransigencia, ruinas, conventos y montañas.
Características; Para ellos lo más importante es el trabajo duro e infatigable, con una constancia admirable, es responsable, metódico, con tendencia a la introversión y diplomático. A veces pueden parecer personas muy frías y con poco corazón porque son callados y prefieren estar consigo mismos y sus pensamientos. Los de este signo logran llegar a las cumbres más altas porque son inteligentes y muy brillantes.
Es un árbol caducifolio con abundante follaje, dando sombra fresca e impenetrable. Tiene sabor herbáceo algo aromático, agradable y sueltan un mucílago parecido al de las malvas. El tilo crece en Europa, Asia y América. Destaca su capacidad sedante, muy útil en estado de excitación nerviosa e inquietud, puede administrarse sin problemas a los niños nerviosos o que no duermen bien, ya que su consumo no presenta efectos secundarios. Se pude disfrutar de un baño relajante si al agua se añade infusión de tila. Tiene efecto antiespasmódico y sudorífico, que resulta ser benéfico como calmante de tos y fiebre. Otros usos y propiedades: es diurético, suave hipotensor, vasodilatador, enjuagues de boca y gargarismos, indigestiones, cuidado de piel.
El amor es un ardiente olvido de todo.
Loa códices mayas son libros escritos antes del inicio de la Conquista española (1519) por lo que muestran características relevantes de la civilización maya original, tales manuscritos se escribían en papel fabricado de la corteza de un árbol parecido a la higuera, llamado amate y en el cual se pintaban caracteres jeroglíficos, por desgracia la mayoría fueron quemados por los misioneros conquistadores, quienes los consideraban “supersticiosos”. Solamente tres de ellos –encontrados desde el siglo XIX- y una parte de un cuarto sobreviven en la actualidad, éstos son:
• El Códice de Dresde. Es un tratado del tiempo, la astronomía y la astrología, con un calendario de dioses que gobiernan cada día, explica también detalles del sistema numérico maya.
• El Códice de Madrid. Conocido como el Códice Trocortesiano, es el más voluminoso y menos estudiado de los códices mayas, es un escrito que habla sobre tablas astrológicas, así como de diversas ceremonias y artes de esta cultura.
• El Códice de París. Igualmente conocido como el Códice Peresiano, su temática refiere cuestiones de profecías, rituales y ceremonias correspondientes a sus dioses.
• El Códice Grolier. También conocido como el Fragmento Grolier se dio a conocer en el año 1971, consta 11 páginas mal cuidadas, se presume que pertenece a un libro con 20 páginas.
Al tiempo de la conquista Española, había varios escritos mayas, por desgracia, casi todos fueron destruidos por los religiosos y con ello, muchas de las claves para comprender la historia de esta cultura. Al respecto, Alonso de Zonta (español promotor de una colonización pacífica, respetuosa de los indígenas) escribió que en el años 1540, vio algunos libros en el Altiplano de Guatemala, los cuales narraban historias de más de 800 años, interpretadas por indígenas muy ancianos.
Por el contrario, Fray Diego de Landa ordenó en 1562 que todos los códices prehispánicos de la península de Yucatán fueran destruidos. Fray Bartolomé de las Casas se lamentó de tales hechos y escribió: “Muchos libros fueron quemados por nuestros clérigos porque pensaron que podrían dañar a los indígenas en materia de religión y dificultar su conversión. Yo aún pude ver restos de tres escritos”.
Las últimas obras en ser deshechas fueron las de la ciudad prehispánica de Trayasal en Guatemala, la última de América en ser conquistada en 1697. Por suerte, todavía se conservan algunos códices, inscripciones en piedras (estelas) y otros monumentos –tales como los frescos de algunos templos-, los cuales son fuente importante de información para comprender a la civilización maya original.
Nadie puede hacer el bien en un espacio de su vida, mientras hace daño en otro.
La vida es un todo indivisible.
La moral y la actitud son fundamentales para el éxito.
En resumen el calendario maya es una “trilogía de calendarios”, los cuales son:
• El sagrado o Tzolkin de 260 días.
• El civil o Hab de 365 días.
• La Cuenta Larga de 144,000 días.
Sin embargo, de los tres, el que más ha llamado la atención del mundo es el llamado calendario Tzolkin o “la cuenta de los días” debido a que es más exacto que el calendario gregoriano, el cual nos rige actualmente, éste último es un calendario solar que calcula el tiempo entre dos pasos sucesivos de dicho astro por el equinoccio medio, en otras palabras, su ciclo dura 365 días, 5 horas, 48 minutos, 45.25 segundos, aproximadamente.
Por el contrario, el calendario sagrado maya comienza cuando la estrella Sirius (la más nítida en el cielo) y el Sol aparecen al mismo tiempo en el crepúsculo matutino cada año (26 de julio). Los expertos concluyen que los mayas, al observar los eventos astronómicos del firmamento, intentaron comprender más el orden del Universo que medir el transcurso del tiempo.
En el lenguaje maya, Tzolkin significa “cuenta de los días, viene de Tzol=cuenta y Kin=día, también se reconoce a este calendario como el telar de los mayas o módulo armónico de los mayas, manifiesta la cuenta sagrada de 260 días y consiste en composiciones de 20 glifos sagrados o sellos solares y 13 números denominados” tonos galácticos”, éstos hacen una serie de 260 combinaciones, creando el ciclo de 260 kines.
El Tzolkin es utilizado en las comunidades indígenas del altiplano guatemalteco y el sur de México, es el equivalente al Tonalpochualli azteca. Reciben el título de “vigilantes de los días”, aquéllos que en dichas comunidades preciden los acontecimientos basados en las fechas de este anuario, millones de personas todavía se apoyan en él, realizan ceremonias en los sitios sagrados mayas para conjurar una “transición suave” al Mundo del Quinto Sol; es decir, la mitología maya establece que la humanidad vive en un tiempo de transición en el cual desaparecerá el mundo materialista actual y comenzará un periodo de paz, en el que las personas vivirán nuevamente en armonía con la madre tierra.
Gracias a la precisión del calendario maya, considerado el más perfecto entre los pueblos mesoamericanos, fueron capaces de organizar sus actividades cotidianas, así como registrar simultáneamente el paso del tiempo, los acontecimientos políticos y religiosos que consideraba cruciales. Específicamente, dicho almanaque consiste de tres diferentes cuentas de tiempo que transcurren paralelamente:
• El calendario Tzolkin que consta de 260 días (kines) y tiene 20 meses (uinales) combinados con trece numerales (gurismos), su función era dirigir la organización de las tareas agrícolas.
• El calendario Haab de 365 días de 18 meses (uinales) de 20 días (kines) cada uno y cinco días adicionales denominados uayeb, para formar un ciclo sincronizado que dura 52 tunes (un tun equivale a un año maya) o habas (18.980 kines); era la base del calendario religioso y de muchas ceremonias.
• El Sistema de la Cuenta Larga era un calendario que mezclaba el Tzolkin y el Haab, era utilizado para distinguir cuándo ocurría un evento con respecto a otros sucesos de los otros dos calendarios mencionados.
Al respecto, evidencias arqueológicas señalan que ciertas inscripciones mayas de la Cuenta Larga concluyen con lo que se denomina serie lunar, otra forma del calendario que proporciona información relevante de dicho astro.
Los sacerdotes mayas, llamados ahí kin que significa: “el que proviene del Sol”, eran poseedores de grandiosos conocimientos matemáticos y astronómicos que interpretaban de acuerdo a su cosmovisión religiosa, así como los años que iniciaban, los venideros y el destino del hombre. También, establecieron una “día cero” para la historia de la humanidad, que según los científicos corresponde al 12 de agosto de 3113 a.C., por supuesto que se desconoce qué sucedió en tal fecha pro lo que los expertos la consideran como una fecha mítica, es a partir de ese día que los mayas comenzaron a calcular con extraordinaria precisión el tiempo y sus ciclos.
Una característica particular del calendario maya es que la repetición de fases denominaba a la linealidad del tiempo, es decir, podían suceder cosas diferentes al interior de cada periodo de 20 ó 52 años, pero cada nueva secuencia era exactamente igual a otra, pasada o futura. Tal “renovación” crea problemas para traducir las fechas mayas al calendario occidental, dado que resulta muy difícil identificar hechos parecidos en secuencias diferentes. Por ejemplo, el registro del ataque tolteca del siglo x se confunde en las crónicas mayas con la invasión española sucedida 500 años después.
Uno de los problemas filosóficos a los que se ha enfrentado toda cultura ha sido el origen de la existencia de las cosas. ¿Cómo surge la vida? ¿Cómo se origina el universo?, ¿Cuándo empezó el origen del tiempo?, son algunas de las tantas preguntas que se han planteado a través de la existencia; sin embargo, los mayas fueron capaces de construir concepciones tan abstractas como la existencia del “cero” para darles respuesta.
Asimismo, crearon un sistema de numeración vigesimal posicional basado en la cuenta de los dedos de las manos y los pies, es decir, contaban de 20 en 20 y se apoyaban con el número 5 como base auxiliar. También tenían un signo para representar el cero, y así poder realizar operaciones matemáticas complejas, en sus jeroglíficos el cero es simbolizado como:
• Un puño cerrado. En tal representación los dedos (que son los numerales con que empezó a contar el hombre) son retenidos dentro de un espacio cerrado de manera integral y completa, lo cual señala que “el conjunto está completo”
• Una concha. Esta imagen es vinculada con el concepto de muerte, dicho objeto era comprendido como la huella de un ciclo de vida que existió y se completó.
Es decir, para dicha cultura tales símbolos representaban una medida completa-la integración final- o bien, el cierre de un ciclo o la comunicación de la vida.
Los antropólogos señalan que la noción de las distancias y la percepción de cómo se velan los astros en el firmamento seguramente inspiró a esta extraordinaria civilización a relacionar el espacio con el tiempo y a generar el concepto de cero. Al ver hacia los umbrales del universo permitió a los mayas correlacionar la distancia entre astros como el Sol o venus con ciclos exactos de regeneración de eventos astronómicos anuales y, por lo tanto, determinar las épocas del año más favorables para sus actividades agrícolas.
Es decir, el desarrollo del concepto del número cero permitió a la civilización maya establecer las fechas del inicio y término del año solar, relacionadas con sus principales actividades, así como realizar cálculos matemáticos de utilidad para la construcción de obras arquitectónicas sorprendentes.
Sus conocimientos en matemáticas también abarcaron la ingeniería hidráulica con la construcción de lagos artificiales repletos de agua que se recolectaba en las superficies de las plazas o los templos, ésta se transportaba a través de canales hacia las aguadas (donde es posible abastecerse de agua en zonas áridas) por medio de la fuerza de gravedad, esto también requirió de una gran habilidad para realizar complejos cálculos matemáticos.