Normita
Lo esencial para ser feliz es: algo que hacer, algo que amar y algo que esperar.
El término quelite proviene del náhuatl quilitl, que literalmente significa verdura y se aplica a las plantas que son vegetales tiernos, botones nuevos de algunos árboles y en ciertos casos hasta flores comestibles.
Los quelites se consumen de muchas formas, aunque la forma más simple de cocinarlos es hervirlos y condimentarlos con ajo.
Algunos son hojas y tallos que se comen crudos, otros se cuecen o fríen ligeramente y se combinan con sopas, tacos, quesadillas, pinole o esquites. En algunos platillos constituyen el componente principal pero también pueden ser el condimento que proporciona diferentes sabores y aromas.
Los más conocidos y que se consumen con mayor frecuencia son: alches, berros, chepites o chipilines, chivitos, hojas de nabo, huauzontles, lenguas de vaca o vinagreras, malacotes o marquesados, malvas, romeritos, verdolagas, guías de calabaza, guías de chayote, retoños de guaje, quelite canizo o bledo, chaya, epazote, hoja santa, pápalo o pápalo delgado.
Podrán cortar las flores, pero no podrán detener la primavera.
Los glaciares no desaparecieron durante uno de los periodos de mayor calentamiento que ha habido en el planeta, durante el Cretácico superior, hace entre 93,5 y 89,3 millones de años. La existencia de las placas de hielo, que aparecían y desaparecían en cortos periodos, en un momento en el que la temperatura era entre 6º y 12º centígrados, mayor que ahora, contradice la hipótesis de que los polos no tenían hielo en esos momentos, algo que se sospechaba podría volver a ocurrir si no se frena el actual calentamiento global.
Según la investigación se estima que hace 200,000 años había glaciares de entorno al 60% del tamaño del actual manto de hielo antártico. Para llegar a esta conclusión, un equipo de científicos ha conseguido daños de sedimentos depositados en la zona ecuatorial del Océano Atlántico.
Nunca confundas una sola derrota con la derrota final.
Reír es arriesgarse a parecer un tonto.
Llorar es arriesgarse a parecer un sentimental.
Hacer algo por alguien es arriesgarse a involucrarse.
Expresar sentimientos es arriesgarse a mostrar tu verdadero yo. Exponer tus ideas y tus sueños es arriesgarte a perderlos.
Amar es arriesgarse a no ser correspondido. Vivir es arriesgarse a morir. Lanzarte es arriesgarte a fallar.
Esperar es arriesgarse a la desesperanza. Pero debes tomar los riesgos, porque el peligro más grande es la vida es no arriesgarse.
La persona que no arriesga, no hace ni tiene nada.
Posiblemente evite sufrimientos y preocupaciones, pero simplemente no puede aprender, sentir, cambiar, crecer, amar y vivir.
Sólo una persona que se arriesga es libre.
Anónimo
El mago comenzó su número, e hizo desaparecer su sombrero.
En eso un loro atrás del auditorio comienza a gritar:
¡¡¡…Lo tiene detrás de él, Lo tiene detrás de él…!!! El mago molesto continúa con su número y hace desaparecer un conejo.
En eso el loro grita:¡¡¡…Lo tiene debajo de la mesa, lo tiene debajo de la mesa…!!!
Y así, durante todo el número, el loro jodió y jodió al pobre mago.
Pero justo después del espectáculo, el crucero choca con un iceberg y se hunde.
El loro y el mago se salvan quedando a la deriva solos en el mismo bote.
Pasaron muchos días sin que ninguno se hablara.
De pronto el loro habló y le dijo al mago:
¡¡¡…Ya weeeey, me rindo…!!!
¿Dónde metiste el barco?
El éxito es la habilidad de ir de fracaso en fracaso sin perder el entusiasmo.
La ambición es el último refugio del fracaso.